Cada día me siento más y más alejado de las franquicias de coaching: los procesos que divulgan son falsos. El cambio, la transformación en la vida se sostiene en acertadas conversaciones, que llenan los ojos de una suave claridad. Cuando una persona solicita ayuda, es que busca participar en un proyecto de interés para su vida, para nada en «un proceso».
El coaching actual es una burbuja vacía, está ahíto de creencias y más creencias, de interpretaciones, de psicologismo pop, de moda. Los procesos que tanto defienden las escuelas de coaching son falsos. Igual que las cadenas de hamburguesas defienden a muerte: ¡Mejor a la plancha! ¡Mejor a la brasa.
La transformación de una persona que sufre, que quiere dejar de vivir una vida mal vivida y comenzar a vivir una vida bien vivida, requiere de decisiones acertadas. Y para ello se necesita tiempo, salud, deseo: palabras.
Conversaciones. ¡No coaching!