
Un querido amigo me dejó el recuerdo imborrable de una frase llena de inteligencia. Sucedió en una cena,un grupo de amigos hablábamos de forma divertida, las risas, las ocurrencias, los chistes se sumaban uno tras otro. En un momento Rafa se levantó y lanzó un largo y divertido monólogo, que concluyó diciendo «las personas nos comunicamos por el éter». Cierto, nos comunicamos más allá de las palabras o mejor a través de nubes de palabras que recorren el éter y nos impregnan con su lluvia de letras y frases.
En su último libro Disparadores (2016). Ed. Empresa Activa,mi admirado Marshall Goldsmith, considerado el coach ejecutivo más importante del mundo y uno de los pensadores más influyentes por la revista Forbes (2015), trae en su último libro un gráfico, reproducido en la imagen, sobre la implicación o no de los empleados en una empresa. La conclusión de Goldsmith, como siempre acertada, es que con sólo la motivación y la formación no es suficiente. «Las personas no mejoran si no hay seguimiento. Así que mejoremos el seguimiento de las personas»
Como si habláramos con frecuencia por el éter, el gráfico tiene la misma intención que el gráfico Equipos Cansados al que desde 2014 he publicado en Neo narrativa. La comunicación que transforma a las organizaciones. Igualmente con la conclusión de que «La empresa es un sistema complejo que cotidianamente se enfrenta y resuelve de forma automática innumerables problemas» y para ello necesitamos que las personas se entusiasmen, lo que Goldsmith llama que se comprometan.
Sí, nos comunicamos por el éter. Gracias Marshall por esas largas conversaciones.
«Hola Marshall… sí, de nuevo Chomin, acabo de leer tu libro y me encanta que vayamos por el mismo camino»