Si no trabajas no existes.
Cierto, nuestra sociedad compleja y descreída ha convertido el trabajo en un problema existencial igual que la muerte, la libertad, la soledad y la falta de sentido vital.
Trabajo y despido están tan íntimamente relacionados como la vida y la muerte. Ambos se complementan y de ahí su grandeza y también su miseria.
Si trabajas sabes que te van a despedir. Y claro, es algo que no resulta grato ni agradable. Es un gran problema en la vida de un trabajador. Según la actitud con la que afrontes este momento saldrás mejor o peor parado.
Pero ocurre que la moda hace que el sufrimiento de quién ha sido despedido aumente de una forma angustiosa. La necesidad de existir como persona se convierte en una paradoja que alcanza límites insospechados: «¡Mi trabajo es buscar trabajo!»
La influencia de la New Age, de la psicología positiva, incluso del infantilismo en el que nadan la mayor parte de los millenial, el marketing agresivo de «formadoresdeparadosparaencontrartrabajo», o las diferentes técnicas que emplean los más avezados trabajadores , esos que después de 20 años son despedidos, en ocultar, ignorar, olvidar su despedido, no ayudan mucho a salir del sufrimiento, la angustia, el bloqueo existencial en el que se está al ser despedido
Si quieres cruzar una autopista con los ojos vendados y te acompañan dos amigos, uno optimista y otro pesimista, que te van a guiar con sus voces. A quién harías caso ¿al optimista o al pesimista?.
Haz caso a los pesimistas y te irá mejor. Ellos sí que conocen la realidad.
Totalmente de acuerdo…la sociedad actual estigmatiza a los despedidos como a leprosos. Si no trabajas, no consumes…y si no consumes, para qué te necesita este sistema?. Consumo, luego existo. Triste realidad.
Es bastante cierto lo que comentas