Una y otra vez lees en la prensa económica y en los libros de autoayuda que para lograr el éxito has de ser auténtico: has de ser tu mismo. Decir lo que piensas, ser transparente. Mostrar al exterior lo que eres en tu interior. Transparentar tus emociones. Pocos consejos resultan tan peligrosos y autodestructivos como este. Los millennials lo están sufriendo en su propia carne. Los reclutadores, escarbando en sus perfiles, hacen hamburguesas con ellos.
A nadie le importa lo que eres, les importa lo que quieres. Igual que a ti. Esconder quien eres, engañar al otro, confundirle, emplear diferentes personalidades. Ser estratégico es comprometerte en conseguirlo.
La ventaja se logra cuando eres tan auténtico como quieres ser.