Resolver conflictos personales y personales en el trabajo consiste en conversar y cada vez más. Cuánto más alta sea tu posición, cuantas más personas formen tu equipo, más tiempo pasas hablando. Por ejemplo en reuniones, al teléfono, e-mail, whastapp, instagram, etc.
En realidad por hablar con tus colaboradores no les va a cambiar el comportamiento ni su actitud. Necesitamos un nuevo estilo de liderazgo. Pero si hablas con intención con el tiempo lo lograrás. En consecuencia para lograrlo en primer lugar has de actuar en tu discurso. Y además, identificar d lo que les quieres transmitir y mantenerlo vivo en tus conversaciones. Por eso tus intervenciones convertirán en un eficaz instrumento de cambio. De no hacerlo, de no facilitar una comunicación eficaz, corres el peligro de distanciarte de tu equipo.
De esta forma has de tener la voluntad de generar nuevas conversaciones más espontáneas y creativas. Dicho de otra forma sin tanto control, ni tanto esfuerzo. Conversaciones que permitan evaluar y actuar con decisión y resolver conflictos personales y profesionales en el trabajo. En resumen tus conversaciones han de ser más intuitivas, más cercanas y por lo tanto más persuasivas.
Estas conversaciones intencionadas aportan más valor que un master. Son inspiradoras, unen y crean nuevas ideas, son motivadoras, estimulantes, generan entusiasmo, diseñan propositos y transmiten valores.
Las personas buscan líderes que les dirijan con acierto, seguridad y confianza.
Es el momento de dirigir con la palabra.