Los buenos padres suelen ser las personas mas ingenuas que conozco. Su actitud bondadosa, falta de malicia, y rebosante de candidez les hace ser percibidos como unas personas maravillosos a los ojos de sus buenos hijos. Entonces el amor familiar es un cemento sólido que une a cada uno de los miembros de la familia con la sana intención de que se ayuden los unos a los otros amorosamente. Es lo que llamamos una familia feliz, pero el mundo no es tan predecible y mucho menos las personas.
«Visto un león, están vistos todos, pero visto un hombre, sólo está visto uno, y además mal conocido» Nos recuerda Baltasar Gracián.
Las personas no son iguales, aunque si muy parecidas, por eso no podemos tratarlas de la misma forma, aunque si con estrategias similares.
La estrategia de la mala madre es si se aplica con cuidado en el ámbito familiar una estrategia eficaz y muy resolutiva.
Protagonistas. Una madre (el padre ha de ser un socio y colaborador). Un hijo/a que se ha hecho con el hogar, tal como suena, más o menos déspota e intratable. Un asesor externo motivador e inspirador, que mantenga la estrategia con una leve suavidad sin imposiciones.
Leve aproximación a la estrategia
¿Cómo actuar entonces? ¿Qué hacer con el león que recrimina, se vuelve arisco, insulta, e incluso llega a amenazar y convierte la convivencia familiar en un infierno? Sencillamente creerle. ¡Sí, creerle!. La estrategia de la mala madre se centra en creerle. Si te grita que eres una mala madre, actúa como tal. Si te dice que no estás en el mundo, sal de él. Si te ataca diciéndote que no le das lo que te pide, muy sencillo, no se lo des. Si habla de que no le gusta la comida que le preparas no se la prepares. Olvida las tareas que te manda, ya que se queja de que no le haces caso, no se lo hagas, etc. Cualquiera dirá de inmediato que eres una mala madre, incluso el protagonista de la historia: tu hijo o tu hija.
La estrategia de la mala madre cuanto más creativa es más eficaz. Recuerda que es una estrategia para cambiar a un hijo déspota, no una estrategia egoísta y caprichosa. Pero eso es otra cosa.