En una ocasión me pidió un amigo que trabajara con él de un tema que le desbordaba: le habían diagnosticado un cáncer, que por suerte le curaron.
En una de las reuniones que manteníamos me preguntó, «¿De qué estamos hablando?» De la muerte, le contesté, como llevamos haciendo desde hace varios meses.
Ahora, la muerte, siempre presente, llama con ostentación a la puerta, golpea insistentemente en noticiarios, en editoriales de prensa, en tuit, en facebook, en istagram. Llama con sus nudillos a las puertas de Europa, de cada país, de cada ciudad de cada casa.
Gabinetes de crisis, empresas cerradas, proyectos cancelados, teletrabajo. Una sociedad que sabiamente se había apartado de la guerra, de la destrucción, de la muerte. Incrédula asiste a su llegada, de nuevo, desde el Oriente. Parece como si el suelo se resquebraja bajo los pies de Europa.
¿Qué podemos hacer además de lavarnos las manos y toser en el codo y esperar?
Es el momento de escuchar las voces de los que caminan junto a nosotros en este valle de lágrimas. La edad, la experiencia, la sabiduría nos permiten caminar con seguridad y no correr como alocados esperpentos. Es el momento de la melancolía y de la realidad. Caminemos seguros, confiados con aquellos que nos son queridos, abramos nuestro corazón, hablemos, conversemos, que el miedo no nos atenace y nos haga estar en silencio, conteniendo la respiración.
Es el momento de hablar los unos con los otros, con sinceridad, con valentía, con ánimo, incluso con entusiasmo. Con el entusiasmo de la vida. De la vida que merece ser vivida.
Hoy me he encontrado en linkedin la voz de Chapi, José Manuel Chapado, como siempre una voz magnífica y clara. Aquí os la dejo. Hasta aquí hemos llegado