Las metáforas impregnan la vida cotidiana, nos ayudan simbólicamente a ocupar nuestro lugar, a ser responsables, mantener una dirección y a no ir de aquí para allá como pollos sin cabeza.
Las metáforas, igual que los valores, son necesarias para llevar una vida rica y significativa, y se ha de tener cuidado al elegirlas.
En este momento los valores que necesitas, para superar estos tiempos complejos no están relacionados con el poder, con el logro o con el hedonismo, salvo que seas una persona insolidaria y egoísta. El placer, la ambición, la riqueza, el éxito de poco valen cuando tu vida o la de tus personas queridas está en peligro.
En cambio debes elegir aquellos valores que te ayudan a vivir una vida bien vivida, como la compasión que te acerca a los demás, la tolerancia, el respeto, el amor a la verdad, la lealtad, la honestidad, la responsabilidad, la humildad, la religiosidad, el respeto a tus mayores y el esfuerzo en conservar el orden social y la seguridad.
Según los valores que elijas en este momento marcharás hacia el Bienestar o hacia el Malestar y así harás más fácil tu vida y la de quienes te rodean.
Ya solo queda elegir una metáfora poderosa que te acompañe en estos tiempos de cambios y de incertidumbre. Te propongo una: estar en el Punto de la Esperanza.
Si te sitúas en este Punto, el futuro lo verás con optimismo y con fe. La Esperanza te invita a anticiparte a los acontecimientos y lo más importante verás al alcance de tu mano lo que deseas. La Esperanza de encontrarte con los tuyos, de encontrarlos sanos, seguros firmes, es la metáfora que nos ayudará a llegar sanos al final de esta pandemia.