Nos encontramos en un momento en el que numerosas personas están experimentando un dolor psíquico extremo y se sienten angustiadas, deprimidas, melancólicas, coléricas, inseguras. Razones no les faltan. Están afectados en primera persona, o cerca de graves problemas de la vida: despidos, nuevas formas de trabajo, desgaste económico, deslealtades, injusticias, falta de reconocimiento, discriminación por edad, y esto sin contar con los problemas familiares o incluso los producidos por los cambios naturales, que la vida nos plantea, ahora especialmente la muerte y la enfermedad.
Todos son problemas son problemas de la vida, ¿Nos facilita su solución el hacer de ellos problemas psicológicos?
Los problemas de la vida han de afrontarse con pragmatismo, dejando a un lado el poder de la mente, el pensar en positivo y mucho menos ponerles la tirita del coach motivador o buscar la culpabilidad de nuestro padres en las desgracias que hoy nos suceden.
Posiblemente tengas más de 40 años o estés cerca de cumplirlos, cualquier avatar que ocurra ahora te dejará especialmente débil, a no ser que pongas remedio de inmediato. Y es así, no por psicología, sino que la población trabajadora está muy envejecida y a esta edad, cuando deberías pensar en comerte el mundo, estás pensando en sobrevivir, en cuidar tu economía, tu familia, tu carrera. Estas perplejo ante lo que te sucede.
Esta es la realidad.
Seguro que durante tiempo has estado tan orgulloso de tus debilidades, creyendo que eran tus fortalezas ¿no piensas desprenderte de ellas?. Ya va siendo hora de que te pongas a la tarea y te quites todo lo que sobra en tus comportamientos y saques toda tu capacidad interior.
Y no es psicología, de nuevo, es la realidad.